El punto de partida: ¿Cómo está trabajando la Fundación en la situación actual de Venezuela que se ha visto agravada por impacto de la pandemia?
En medio de la caída económica y la crisis humanitaria de Venezuela, seguimos trabajando. Recientemente hemos abierto oficinas adicionales y centros de atención en dos de las principales clínicas de salud de Cumaná. Esto amplía los servicios médicos y de planificación familiar que ya se prestan desde la sede de nuestra Fundación y en varios consultorios médicos y el pequeño número de instalaciones del sector público que, afortunadamente, siguen funcionando.
¿Expandirse en una pandemia y una crisis humanitaria? Sólo puedo imaginar los desafíos.
En Venezuela, la pregunta es, ¿a qué obstáculos no hemos enfrentado? Es necesario describir los obstáculos que enfrenta la gestión habitual de la Fundación:
La escasez de suministros médicos básicos, las graves interrupciones en los servicios de electricidad, telecomunicaciones e Internet y los problemas de seguridad personal, crean un estrés diario. A esto se agrega un cierre nacional y una crítica escasez de gasolina, el resultado es una severa afectación del transporte público y privado. Esto tiene un enorme impacto en la prestación de nuestros servicios a las personas que los necesitan. Por ejemplo, los médicos, las enfermeras, el personal administrativo y los pacientes con los que trabajamos, todos regularmente caminan o andan en bicicleta largas distancias bajo el caluroso sol tropical para llegar a sus destinos de trabajo y servicio diarios. Es inimaginable y, sin embargo, aquí estamos.
¿Cómo persevera la Fundación?
En medio de la pandemia y la acentuación de la crisis humanitaria, nos ha tocado afinar las estrategias, actuar con imaginación y enfrentar los desafíos, cambiando constantemente las estrategias e implementando medidas provisionales a corto plazo para pasar de un problema a otro. La extraordinaria adaptabilidad de nuestro personal administrativo, la creatividad del equipo de profesionales que se desempeña en el área de salud sexual y reproductiva y los equipos médicos con los cuales trabajamos, nos han permitido ajustar continuamente la prestación de nuestros servicios. Estamos decididos a seguir teniendo éxito contra viento y marea. Una cosa es segura, la demanda insatisfecha continúa creciendo y para la Fundación es un reto atenderla en la medida de lo posible.
Usted mencionó las clínicas de salud privadas de Venezuela. ¿Qué tan importantes?
Absolutamente centrales. Este es un tema estratégico. Nuestro modelo de gestión une los sectores público y privado de Venezuela. Representa un modelo sostenible de prestación de servicios de salud mixto público y privado. Creemos que este modelo es 100% replicable una vez que el país salga de sus luchas y abrace un futuro más brillante.
¿Por qué tanta confianza en este enfoque?
¡La voluntad y creatividad de la gente con que trabajamos! Movilizamos a médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería rural, promotores sociales, educadores, sociólogos y trabajadores sociales venezolanos que entienden la urgencia y están dispuestos y capaces de trabajar. Les ofrecemos las herramientas para responder a la actual crisis humanitaria y de planificación familiar. Dado el colapso económico de Venezuela, esto ayuda a estos profesionales a sobrevivir a la situación y los motiva a quedarse en Venezuela. La fuga de profesionales de Venezuela, especialmente del personal médico, ha sido catastrófica. Estamos ayudando a detener la marea, aunque sea un poco.
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